Lo que parecía una excursión lúdica y de ocio pudo acabar en tragedia a principios de semana cuando una embarcación de recreo quedó varada sobre la roca “Peña del Piloto”, en los acantilados vizcaínos de Punta Galea, cercanos al puerto de Bilbao. Guardias civiles del Servicio Marítimo Provincial de Bizkaia, en funciones de protección marítima en el patrullero “Río Nervión”, prestaron sus servicios en la operación de rescate de los tripulantes, dos mujeres y un hombre, a bordo del barco.
Una vez trasvasados al bote auxiliar, que patrullaba paralelo al “Río Nervión”, lograron poner a salvo a los tres tripulantes a bordo de la “Salvamar Alcyone”, patrullera de Salvamento Marítimo, que, por su tamaño, no ofrecía posibilidades de acceso al barco siniestrado.
Un rescate de la Guardia Civil complicado
Una vez puestas a salvo las personas, los efectivos de la Guardia Civil aseguraron el barco, mediante su propia ancla al fondo marino, evitando así que la subida de la marea la nave derivase a tierra y se perdiera. Al día siguiente, con la pleamar, los agentes recuperaron la embarcación y la remolcaron hasta Santurce, haciendo entrega de la misma a su propietario.
Cabe recordar que la Guardia Civil como policía de fronteras, custodia, controla y vigila las costas, fronteras, puertos y aeropuertos y la inmigración irregular en los mismos.

Además, ejerce cometidos propios de policía fiscal y aduanera en su calidad de resguardo fiscal del Estado y se afana en la vigilancia en la lámina del agua del puerto y adyacentes, controlando las actividades relativas al comercio de flora y fauna de especies protegidas (CITES) y la prevención del tráfico ilícito en contenedores de sustancias NRBQ.