La salida del puerto de Bilbao al mar para ganar la ciudad, según ACBE

La segunda jornada conmemorativa del centenario de la Asociación de Consignatarios de Buques y Estibadores del Puerto de Bilbao (ACBE) ha servido para destacar la importancia y la generosidad del Puerto de Bilbao en su expansión hacia el Abra Exterior y el impacto directo en la regeneración de la ciudad y su área metropolitana.

Prologados por la presidenta de ACBE, Virginia Navarro, acudieron puntuales a la convocatoria del Bizkaia Aretoa algunos de los encargados de la ejecución de un evento sin precedentes y que difícilmente se podría llevar a cabo en la actualidad. Así, tomaron la palabra Jesús Villanueva, Mario Hernáez y Carlos Alzaga, directores de la APB, y Ángel M.ª Nieva, director de Bilbao Ría 2000, con la moderación del antiguo Alcalde de Bilbao, Ibon Areso. En la mesa se echó a faltar al recientemente fallecido Manuel Santos, director del puerto de Bilbao entre 1979 y 1992, una época de transformación en el puerto y la ciudad de Bilbao. También hubo referencias a otro de los directores, José María Pico, antecesor de Hernáez y otro pilar fundamental en el traslado de la actividad portuaria a las actuales instalaciones del puerto.

La jornada congregó a buena parte de la comunidad portuaria de Bilbao

Bilbao vuelve sus ojos hacia la Ría

Virginia Navarro, presidenta de ACBE, señaló durante la apertura del acto que, aunque el programa conmemorativo del centenario persigue “evidenciar la relevancia de la principal plataforma logística del Arco Atlántico” y de su entramado empresarial desde diversas vertientes: la histórica, la económica, la social y la legislativa, entre otras; desde el primer momento “caímos en la cuenta de la existencia de otra perspectiva de especial valor y trascendencia: la urbanística”.

Ibon Areso: “El puerto es la gallina de los huevos de oro de Bilbao”

El traslado progresivo de la actividad portuaria y la acompasada recuperación de espacios industriales y logísticos abandonados hicieron posible “una mutación” que ha merecido el reconocimiento nacional e internacional y, lo que es más importante, ha “cambiado la fisonomía urbana y la calidad de vida de los ciudadanos”. La presidenta de ACBE destacó asimismo que el objetivo primordial del encuentro era “conocer algunas claves de un proceso marcado por la excelencia, el talento, la generosidad y la altura de miras de unas instituciones y unos gestores de enorme talla humana y técnica”. Este segundo encuentro de los seis previstos, había sido precedido de una jornada anterior en la que fueron los presidentes del puerto los que expusieron sus puntos de vista. Se anunció también una tercera convocatoria en la que los invitados serán los alcaldes de los municipios ribereños, los mayores afectados -para bien y para mal- del traslado de la actividad portuaria del centro de Bilbao al Abra Exterior.

Un viaje sin retorno

El puerto de Bilbao inició un viaje sin retorno de su actividad hacia el mar, abandonando el centro de la ciudad y, en un alarde de generosidad, ha permitido el desarrollo de Bilbao como la metrópoli que ahora todos podemos disfrutar. Así, se trasladaron muelles e instalaciones logísticas y portuarias para dar cabida al “nuevo Bilbao”, permitiendo la llegada del Museo Guggenheim, el Palacio de Congresos Euskalduna y el Bizkaia Aretoa de la UPV/EHU, además de permitir la construcción de viviendas y equipamientos residenciales y de todo tipo en los antiguos tinglados portuarios.

El antiguo alcalde de Bilbao, Ibon Areso, gran conocedor de la historia, la arquitectura y la sociedad bilbaína señaló que “este viaje se pudo hacer por la confluencia de dos factores desencadenantes: las inundaciones de 1983 y la crisis industrial que se arrastraba desde los años 70”. Dijo Areso que en los puertos de siglos pasados se priorizaba la disponibilidad de línea de atraque sobre la utilización de espacios logísticos. En esta configuración, los muelles a lo largo de la Ría del Nervión resultaban ideales para el desarrollo portuario que, con el tiempo se ha dado la vuelta y ahora es más necesario el espacio logístico que la densidad de muelles, convirtiendo al puerto en un “invitado incómodo” para la ciudad. 

En un momento en que las relaciones puerto-ciudad aún no habían tomado protagonismo, la ciudad y el puerto de Bilbao comenzaron una etapa de colaboración que aún mantiene su pujanza. Bilbao comenzó a recuperar su acceso al agua, lo que se ha convertido en “una oportunidad urbanística” y también ha permitido “coser” ambas márgenes a través de puentes, antes inviables por la entrada y salida de embarcaciones.

Un proceso de décadas

Si Ibon Areso explicó el “porque” de la salida al exterior, el director de Bilbao Ría 2000, Angel Nieva se extendió en el “como” se pudo hacer, señalando la confluencia del Plan Estratégico de Revitalización del Bilbao Metropolitano con el Plan General de Ordenación Urbana, aprobado en 1994 y que ahora vive sus últimos hitos.  Comparó Nieva la transformación de las ciudades de Barcelona y Sevilla por hitos como las Olimpiadas y la Expo del 92, financiadas por el Estado. En el caso de Bilbao, fueron las administraciones -locales y estatales al 50%- las encargadas de una revitalización en la que el puerto de Bilbao fue uno de los mayores donantes, cediendo 35 hectáreas de terreno en el centro de Bilbao y 50 hectáreas adicionales en Barakaldo. Esta generosidad, junto con la coordinación público-pública “muy difícil de lograr” dio lugar a la creación de “suelos de oportunidad de transformación para un Bilbao que mira a la Ría”. 

Jesús Villanueva explicó como la evolución del puerto de Bilbao se ha mantenido viva a lo largo de los años, pero ya en la década de los 60 del pasado siglo se especulaba con una posible salida al mar de las actividades portuarias. Tras la construcción del dique de abrigo de Santurce fue en 1970 cuando la llegada de Petronor obligó a la construcción del dique de Punta Lucero para el abrigo de sus buques petroleros. A partir de ahí se inició una frenética ampliación que tuvo como resultado la construcción de 250 hectáreas de terreno ganadas al mar, más de 5 km de muelles y el empleo de más de 50 millones de toneladas de piedra de las canteras aledañas. Mario Hernáez fue uno de los continuadores del plan establecido y quien tuvo que explicar internacionalmente, y en más de una ocasión, el ejemplo de la transformación urbana de Bilbao.

La segunda jornada de celebración del centenario de ACBE tendrá continuidad con otras cuatro más previstas hasta fin de año

El actual director de la Autoridad Portuaria, Carlos Alzaga, señaló que a día de hoy aún se siguen llevando a cabo actuaciones planificadas en el inicio de la ampliación y que “ahora toda poner en valor los restos y rastros” de la evolución portuaria a lo largo de siete siglos. No obstante, también quiso destacar algunas de las últimas acciones de “gran valor” que se siguen generando. Mencionó, entre otras, las obras de relleno de la margen izquierda del Canal de Deusto para poner una nueva superficie portuaria a disposición de desarrollo ciudadano. Esta fue una operación de 20 millones de euros que no ha costado nada al bolsillo ciudadano y para la que se necesitó un encaje legal difícil, con un “contrato de venta de cosa futura”, algo muy difícil de repetir en el futuro. 

Los asistentes a la charla pudieron comprender mejor los principales hitos históricos que han marcado la evolución del puerto, su relación con Bilbao y el resto de los municipios ribereños, los acuerdos interinstitucionales y público-privados que hicieron posible la regeneración de amplias zonas y la voluntad y el compromiso de un “grupo excepcional de gestores” que hicieron posible una gran apuesta estratégica.