El Operador Económico Autorizado es, como se ha llegado a definir en algunos escenarios del comercio internacional, un “Sello de garantía para el comercio exterior” pero este “sello” solo tendrá beneficios cuando todos los miembros de la cadena sean OEA.
El movimiento de las mercancías será ágil, rápido y transparente cuando podamos certificar la seguridad desde el origen hasta el destino final, cuando la trazabilidad sea una garantía de protección al consumidor, protagonista de un nuevo mundo sin fronteras, limpio y digital, donde el concepto tiempo es tan limitado como reducido, en un mundo completamente cambiante, donde el OEA será imprescindible.
Las civilizaciones avanzan tras caídas, guerras, pandemias…. y solemos celebrar aniversarios, no solo por no olvidar que pasó, más bien para ver todo lo que se ha vuelto a construir. El pasado 11 de septiembre celebramos 20 años de uno de los atentados terroristas más terroríficos que ha podido vivir la humanidad, pero, después de todos estos años podemos decir, que una vez más la civilización avanza, se recupera y sigue buscando opciones que puedan controlar y proteger al ciudadano de situaciones como esta.
Como una consecuencia de aquel 11S, el mundo de la logística y, por tanto, las aduanas han sufrido su propia revolución, por todos es conocido el amplio y exhaustivo control al que nos vemos sometidos al subir a un avión, controles que se pueden desarrollar gracias al avance digital en todos los procedimientos de seguimiento, control o mantenimiento, entorno a toda la información y, por tanto, los datos que se manejan para garantizar la seguridad del vuelo.
La actual CBP (Customs and Bord Protection) fue objeto de una reorganización de calado en el 2003, cuando paso de llamarse “Servicio de Aduanas” a llamarse “Aduanas y Protección de Fronteras”.
En Bruselas, las sesiones del Consejo de la OMA (Organización Mundial de Aduanas) celebradas en el 2005, adaptaron el marco de normas SAFE para, también, asegurar y facilitar el comercio mundial y desde entonces las actualizaciones que se han desarrollado han ido dando posicionamiento a la figura del Operador Económico Autorizado (OEA), como herramienta de gestión que coordina las diligencias entre fronteras, teniendo en cuenta la vinculación entre las aduanas de todo el planeta, las relaciones entre aduanas y las propias empresas y las conexiones de aduanas con otras autoridades de control en fronteras.
Tras la situación mundial de la pandemia Covid-19, la cadena de suministro podemos decir que se ha roto. Las consecuencias inmediatas de esta crisis las podemos concretar en la necesidad y la falta de ubicación que garantiza el movimiento de los productos.

Con toda esta historia y enfrentados una vez más en un proceso nuevo y transformador, no podemos olvidar que los tiempos actuales son tan rápidos que nos obliga a encontrar más soluciones. Una de ellas pasa por soldar los eslabones de una cadena que precisa de todos y cada uno de sus miembros, los intermediarios de la cadena logística internacional son diversos y distintos, según hablemos del origen o del destino del producto y, por tanto, el OEA será la herramienta principal para definir las funciones y obligaciones de cada socio comercial de manera que podamos agilizar las entregas de mercancías.
La 5ª Conferencia Global OEA de la OMA, donde se concentró por videoconferencia el pasado mes de mayo a diferentes expertos del entorno de las aduanas de todo el mundo, tuvo un objetivo unánime, fijando como propósito global el incremento de los OEA, centrándose en el papel de la pyme, las nuevas tendencias de venta online y los procedimientos simplificados y digitalizados para la comunicación con aduanas, puertos y principalmente, entre todos los socios comerciales, en resumen, ahora toca priorizar en la seguridad del movimiento de productos.
El Operador Económico Autorizado es, como se ha llegado a definir en algunos escenarios del comercio internacional, un “Sello de garantía para el comercio exterior” pero este “sello” solo tendrá beneficios cuando todos los miembros de la cadena sean OEA y así se podrá certificar el control seguro y transparente tanto del producto, su movimiento dentro de la cadena de suministros como la propia relación entre cada uno de los socios comerciales.
Cuando una pyme se enfrenta a estos requisitos de seguridad y estas obligaciones repercuten negativamente en su trabajo diario, el trato con clientes, el movimiento del producto o las propias comunicaciones con aduanas y puertos, tanto en el ámbito nacional como en las relaciones con terceros países, tiene que actuar con rapidez, como demanda el día a día actual. Poder encontrar una balanza que iguale la inversión por la puesta en marcha de nuevos procesos y los beneficios que se quieren alcanzar a corto-medio plazo es lo que va a proporcionar ese cambio en su operativa diaria y aquí está la raíz del problema. ¿Cómo puede la pyme enfrentar todos los cambios bruscos en su día a día de trabajo? En la propia pregunta esta la mejor respuesta, enfrentándose a los cambios y para esto debe hacer uso de los nuevos procedimientos de digitalización, adaptarse a los continuos cambios normativos y certificarse como empresa OEA.
Cuanto antes se adapte la pyme a los nuevos tiempos, antes encontrara la rentabilidad de toda la inversión que supone adaptar sus procedimientos de trabajo diario a las nuevas obligaciones del comercio internacional.
La rentabilidad de cada empresa es única y personal y por este motivo es tan importante no excluir a ningún socio comercial de la cadena de suministro, pero para que esto ocurra todos los intermediarios tienen que definir y concretar sus obligaciones respecto al control y seguridad en el movimiento del producto y aquí es donde vuelve a radicar la importancia del OEA.
Cuando una cadena de suministro internacional está compuesta solo por empresas OEA, el movimiento será tan ágil, rápido, seguro y transparente que, principalmente los propios OEA serán conocedores de los tiempos, tanto de entregas como de retiradas. Todos los controles y autorizaciones estarán aseguradas sin incidencias, retrasos o inspecciones.
Cuando una cadena de suministro internacional está compuesta solo por empresas OEA, el movimiento será tan ágil, rápido, seguro y transparente que, principalmente los propios OEA serán conocedores de los tiempos, tanto de entregas como de retiradas.
La sostenibilidad en la cadena de suministro internacional será posible gracias a la digitalización de todos los procedimientos a los que se ve obligada la empresa cuando se tramitan importaciones y exportaciones. Todos estos procedimientos, que serán de obligación y deberán estar registrados internamente por todas las empresas que muevan sus mercancías en puertos y aduanas, se van a simplificar, incluso a reducir o eliminar, si la cadena está compuesta por socios comerciales OEA.
No sobran socios comerciales en las cadenas de suministro, cada intermediario cumple un papel estratégico de apoyo al importador o al exportador pero, todos los que no sean OEA perjudicarán el movimiento de las cadenas logísticas.Sí sobran empresas que no se adapten a la nueva normativa, digitalización y obligaciones para control y seguridad en el comercio internacional.
Las pymes no pueden controlar las modificaciones normativas o los cambios del mercado, pero si deben decidir donde posicionarse, dentro o fuera de las cadenas de suministro seguras, sostenibles y transparentes y por tanto certificarse como empresas OEA.
Los tiempos actuales nos enfrentan a nuevas obligaciones, las nuevas obligaciones tienen su origen en la revolución digital, la revolución digital nos ha transformado nuestro modelo de negocio, el modelo de negocio actual no entiende de fronteras y las fronteras actuales estarán abiertas 24/7 para los Operadores Económicos Autorizados.