Después de seis trimestres de recuperación, una vez transcurrida la fase más aguda de la pandemia mundial del Covid-19, en el segundo trimestre de este año el rendimiento del transporte combinado europeo disminuyó un 0,46% respecto al mismo periodo del 2021. Un año, el 2021, en el que el transporte combinado había registrado un crecimiento récord del 11% que en el 2022 no se repetirá. Así lo explica, Ralf-Charley Schultze, presidente de la International Union for Road-Rail Combined Transport (UIRR).
Schultze destaca el empeoramiento de la confianza del sector del transporte combinado. Esta situación se produce porque los responsables de organizar el transporte intermodal no pueden resolver los cuellos de botella operativos causados por la descoordinación y la mala gestión de las infraestructuras ferroviarias, así como un transporte marítimo que cada vez es menos fiable, explica el presidente de la UIRR.
Por otra parte, el presidente de la International Union for Road-Rail Combined Transport señala que la demanda del transporte combinado continúa siendo dinámica a medida que aumenta el número de operadores que sustituyen el transporte exclusivamente por carretera por el modo intermodal. Sin embargo, los importantes problemas operativos del transporte ferroviario están afectando la calidad del rendimiento del transporte combinado causando retrasos significativos, pérdidas de capacidad y dudas sobre la fiabilidad de este modo de transporte.
Se precisa definir un nuevo sistema europeo de gestión
El presidente de la UIRR señala que, sin intervenciones efectivas, las disfunciones actuales del transporte ferroviario continuarán durando varios años y, por lo tanto, es preciso definir un nuevo sistema europeo de gestión de la capacidad y el tráfico para salir de esta fase de crisis operativa.
Schultze también explica que con solo los fondos europeos asignados a la mejora de las infraestructuras ferroviaria no se garantizará que la cuota de mercado del transporte ferroviario de mercancías pueda crecer. Todo lo contario, más bien correrá el riesgo de reducirse a menos que la Comisión Europea no introduzca una nueva asignación de franjas ferroviarias y gestión del tránsito del ferrocarril, con un enfoque particular en la coordinación de las limitaciones temporales de la capacidad ferroviaria causadas por trabajos y obras en las infraestructuras.