Un mundo cambiante y complejo

El 2023 será más complicado de lo que esperamos, ya que a la velocidad que se suceden los acontecimientos, tengo la certeza que surgirán nuevas situaciones durante al año, que harán que una vez más, nuestras previsiones no se vayan a cumplir.

El Canal me ha pedido que escriba mis previsiones para el año 2023, y en el mundo cambiante en que vivimos, se me antoja como un ejercicio muy complejo. Ahora bien, voy a empezar este artículo con dos aseveraciones. Una es que el año será más complicado de lo que esperamos, ya que a la velocidad que se suceden los acontecimientos, tengo la certeza que surgirán nuevas situaciones durante el año, que harán que una vez más, nuestras previsiones no se vayan a cumplir. La segunda aseveración, es que la comunidad logística seguiremos estando a la altura, de lo que necesitan la ciudadanía y las empresas, y afrontaremos con eficacia todas las complicaciones que sin duda llegarán.

Una de las cuestiones más determinantes para hacer previsiones para el próximo año, es ver cómo va a avanzar o resolverse el conflicto derivado de la invasión de Ucrania por Rusia. Parece evidente que no se vislumbra una solución militar, y en el campo de batalla, se van a suceder las bajas en ambos ejércitos, la población civil ucraniana seguirá sufriendo y sus infraestructuras civiles fuertemente dañadas. Y por el lado ruso, el panorama no es menos desolador, con unas sanciones que cada vez hacen mas mella en su economía, un aislamiento político del resto de Europa y de Occidente. El coste de la guerra cada vez va a ser más alto para todos nosotros. Quisiera pensar que la diplomacia internacional trabajará sin descanso, para poder alumbrar algún tipo de solución que deje contentas y satisfechas a las dos partes, o como mínimo, lo menos descontentas posibles.

Hay factores geopolíticos que pueden afectar al comercio mundial, bien porque se generen o incrementen tensiones comerciales, diplomáticas e incluso bélicas; bien porque los países se encierren un poco más en sí mismos, y vaya avanzando la desglobalización. Un ejemplo es cómo va a evolucionar la relación entre Estados Unidos y China, que pasa por uno de los peores momentos de los últimos años. El Brexit ya lo tenemos interiorizado, aunque sus efectos se van a notar en los próximos años, tanto a los ciudadanos británicos, como en el continente. Este entorno va a dificultar los flujos migratorios, tan necesarios en muchos países, y seguiremos teniendo déficit de trabajadores en muchos sectores de la economía.

La inflación que padecemos en Europa está afectando y mucho a la capacidad adquisitiva de la población y de sus empresas, y una Europa retraída, afecta directamente tanto a China como a Estados Unidos. Las previsiones del sector inmobiliario no son positivas para el año 2023, y todos sabemos lo importante que es para nuestra economía. 

El 2023 dibuja un escenario muy complejo

Si hablamos del flujo de carga por vía marítima, hay una bajada del volumen de contenedores derivada por un sobre stock, ya que las empresas acumularon mercancías tras haber sufrido durante muchos meses las dificultades del transporte, y ahora se han encontrado con los almacenes llenos y una ralentización del ritmo de ventas. Las previsiones apuntan a que, entre el segundo y el tercer trimestre del 2023, superemos esta situación y haya un repunte de las importaciones. Fenómenos como el del “nearshoring”, al que debemos tener en cuenta y observar su evolución, no parece que vayan a incidir de forma directa en los flujos portuarios, al menos en el corto plazo.

Otro factor determinante será la salida de astilleros de numerosos buques de gran tamaño, ya que añadir tanta capacidad al mercado, afectará sin duda al nivel de fletes en los principales tráficos marítimos. Los fletes bajos (o altos) en principio no deben tener influencia en los volúmenes del mercado, aunque lo interesante para todo el mundo es que los fletes estén a un nivel razonable, y con una cierta estabilización.

Hay una bajada del volumen de contenedores derivada por un sobre stock, ya que las empresas acumularon mercancías tras haber sufrido durante muchos meses las dificultades del transporte, ahora se han encontrado con los almacenes llenos y una ralentización del ritmo de ventas.

Pero no todo van a ser malas noticias. Creo que estamos mejor preparados para afrontar crisis y situaciones nunca vividas. El sector logístico español dio muestras durante la pandemia de su fortaleza, de su adaptabilidad y de su capacidad para desenvolverse en entornos adversos.  La competitividad de nuestro sector portuario está demostrada, y es un factor de soporte para nuestro tejido productivo. Tenemos enormes retos por delante, pero partimos de una situación envidiable y envidiada por países de nuestro entorno.

La Península Ibérica está encarando con eficacia la transición a nuevos modelos energéticos, atrayendo numerosas inversiones públicas y privadas. En la carrera por la sostenibilidad el tráfico marítimo juega un rol determinante, y será necesario conjuntar los esfuerzos de puertos, navieras, consignatarios, transitarios, terminales, transportistas, operadores logísticos y cargadores, para reducir las emisiones contaminantes y ahondar en la logística verde. 

Las pre­visiones apuntan a que, entre el segundo y el tercer trimes­tre del 2023, habrá un repunte de las importaciones

En el año 2024 la Organización Marítima Internacional, impondrá a las navieras nuevos límites para las emisiones de los buques, que implicará la utilización de nuevos combustibles, la retirada de los buques más antiguos y contaminantes y la limitación de la velocidad en muchos otros. Las reducciones que podamos ofrecer en la parte portuaria y terrestre serán muy necesarias para las navieras, y aquí tenemos una ventana de oportunidad que no podemos dejar escapar.

Y finalmente compartir que los consignatarios durante el año que empieza, vamos a ver reconocida nuestra profesión y el acceso a ella. Hemos luchado durante muchos años y estamos en la recta final de este largo proceso, en el que hemos dejado constancia una vez más, de la importancia de nuestro colectivo en el sector marítimo-portuario, y de la mala salud de hierro que gozamos. Los consignatarios, como venimos haciendo desde hace mucho tiempo, estamos y estaremos preparados para ayudar a nuestras empresas en sus necesidades de transporte marítimo, facilitándoles la tan necesaria internacionalización de nuestro tejido empresarial. 

¡Feliz 2023!